Teñir huevos de Pascua

¡Feliz domingo de Resurrección!

Hoy en Madrid hace un día precioso, soleado y fresco

como corresponde al comienzo de la primavera.

Para alegrar más este día de Pascua,

he teñido unos huevos para colorear la ensalada.

El procedimiento es muy sencillo, 

aunque hoy día lo complicado es encontrar huevos blancos.

¡Yo tengo la suerte de tener una vecina que tiene gallinas!

Asi que este año me han quedado más bonitos que

cuando he tenido que usar huevos marrones...
Lo primero es cocer los huevos 10 minutos.

Para teñir huevos se deben utilizar tintes alimentarios,

porque las cáscaras pueder rajarse un poco y además son permeables.

Yo he utilizado los McCormick, pero hay otras marcas en 

los estantes de repostería de los supermercados grandes.

 En un vaso, taza o bol, pones agua hirviendo, 1 cucharada de vinagre y unas gotas del tinte.

Cada marca suele especificar cuánta agua y cuánto tinte.

Es preferible usar poca agua, para no necesitar demasiado tinte y obtener un color alegre. 

Yo suelo usar cuatro recipientes y empiezo con los colores básicos: rojo, amarillo, verde y azul.

Al principio parece que apenas cambian de color, pero los vas removiendo un rato, 

con cuidado y verás cómo van tiñéndose.

Al secarse, el color se ve un poco más denso todavía.

Sacados los primeros cuatro, mezclo los colores para obtener un verde azulado (verde-azul),

 naranja (rojo y amarillo), morado (rojo y azul), pistacho (verde-amarillo)...a tu gusto!

Si lo haces con niños, déjales probar con las mezclas

pero no todos los colores a la vez, que entonces quedan bastante feos!

Al sacarlos del agua, los dejo secar en una huevera de cartón o sobre papel absorbente.

Cuando yo era pequeña, después de colorearlos  les pintábamos caritas (con rotulador o plastidecor), 

les poníamos gorritos de papel...y al final el nombre de cada miembro de la familia.

¡Si tienes niñas, seguro que disfrutan con ello!

Aunque en otros países se esconden por el jardín para que los niños los busquen,

aqui podemos añadirlos a una primaveral ensalada que acompañe al cordero pascual.

Ponlos en la mesa sobre una fuente decorada con ramas y flores 

y que cada uno elija su color o su nombre.

¡O puedes dejarlos para una cena ligera tras los excesos de las fiestas!

¡Que disfrutéis del proceso y os aproveche el resultado!