Hace tiempo que no escribo nada.
Han sido dos meses de bastante estrés, porque he empezado a trabajar en un sitio nuevo.
Estos últimos años he estado trabajando con jornada reducida
y realizando tareas fáciles y cómodas.
Pero me llamaron para un puesto más acorde con mi perfil y mi experiencia.
También con más horas, más esfuerzo y más lejos.
Además, empecé justo al acabar el curso escolar,
de manera que he tenido que dejar solos a mis hijos muchas horas seguidas.
Y para que coman en condiciones, dejarles comida hecha la víspera
o cocinada a las seis de la mañana.
Ya tienen edad, pero aún así, ha sido difícil para mí.
Entre el calor que ha hecho este pasado mes de junio,
el cansancio mental y físico que me provoca el estrés
y el dormir menos, no he cosido prácticamente nada.
Bueno, seré generosa conmigo misma:
cosí un kimono verde para un mercadillo,
me he hecho una chaqueta para el trabajo,
una colchita de bebé muy delicada y un par de móviles de pájaritos.
¡Ahora que lo pienso, tampoco está mal!
Además, me llevé todo lo que tenía ya hecho
a un mercadillo de artesanía en Bakio, donde veraneo.
Aunque amenazaba lluvia, finalmente quedó una mañana nublada
y agradable que invitaba al paseo.
No vendí casi nada, pero pude saludar a antiguos amigos.
Y además, me acompañaron mi hermana y mi sobrina.
Hoy empiezo mis vacaciones, solo una semana,
pero, ¡me las he ganado a pulso!
Y ya estoy pensando en un quilt de matrimonio
para nosotros, pero todavía empezando a darle vueltas
al diseño y a los colores...Os iré contando.
Y os enseñaré la colchita de bebé en el próximo post.
FELIZ VERANO
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