Este encargo es un quilt para sofá,
en colores naranjas y amarillos.
Complementado con un par de fundas para cojín.
Como los batiks tienen tonos maravillosos
(mandarina, melocotón, calabaza...)
en esa gama de colores, no hubo duda.
En invierno, un trocito de sol en el salón!
Las piezas son rectángulos del mismo ancho, muy simétrico
así que decidí meterle un poco de "alegría" con el acolchado.
Son líneas rectas, que "rebotan" en el borde y se van cruzando aleatoriamente.
Para el back utilicé un amarillo soleado y unas piezas del frontal.
Ya que en un sofá los quilts se "mueven" mucho más y se ve
a menudo por detrás, apetece meterle un poco de variación...
(Si, ya sé que la hierba está toda seca...
pero en otoño verdeará de nuevo
y hay que ser ecológicos y ahorradores)
Detalle de la firma y de la tela trasera.
Los cojines están hechos con las mismas piezas del quilt,
pero acolchados a rayas paralelas,
unas en horizontal y otras en vertical.
Ha quedado alegre y suave
porque los batiks son una gozada!
¡Ahora las siestas de Silvia serán veraniegas todo el año!